domingo, 6 de junio de 2010

fotofovia

La tarde se moría, y el sol ocaso, se esfumaba marrón, todos los pájaros caían de a poco.
No, no tengo hambre les dije, caminando de la cocina al living, ni bien atravesé esa pared todo se volvió blanco.
No importa nada más. Las cosas son así, el mundo es este. No es uno solo, son todos y no soy yo.
Voy a martillar mis oídos.
Con la nueva conciencia para mis nervios, fotofovia.

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